PERÚ

By Manuel
Los colombianos de mi generación nos acostumbramos a mirar a Perú con algo de desprecio gracias a los bizarros programas de televisión que nos inundaron en las décadas de los 80 y 90, plagados de situaciones sórdidas y ridículas. Se hicieron famosos ‘la señorita laura’, ‘la enamorada’, ‘el amante’ y por supuesto ‘el carrito sanguchero’ y ‘las polladas’.

Tristemente, esa realidad incompleta y obtusa que mostraban estos ‘talk shows’ no era mas que una maquiavélica estrategia que buscaba tapar los abusos de algunos gobernantes peruanos y esa cortina fue tan efectiva que distorsionó nuestra percepción del pueblo peruano.

Tuve la oportunidad de conocer a un muy buen amigo peruano, José Luís, y con motivo de su ordenación sacerdotal viajamos con mi madre a Perú con la idea de acompañarlo en ese momento tan especial y de paso conocer Lima.

De Lima debo decir que, como colombiano, me pareció metereológicamente enigmática pues aunque está nublada todo el día, nunca llueve. Tiene una infraestructura de vías muy interesante pero también hay zonas donde el tráfico es caótico y el transporte público es de una informalidad aterradora (una carrera se negocia verbalmente con el taxista antes de abordar).

No sé si gracias a las personas con las que compartí pero mi percepción es que Perú guarda un profundo respeto y cariño por su tradición, su folclor y sus raíces indígenas; no por nada los incas eran el pueblo más avanzado de Suramérica cuando la invasión española del siglo XV.

Tuve la oportunidad de visitar una exposición audiovisual en el museo de la nación, sobre la época del terrorismo; aquellos años en los que la guerrilla de Sendero Luminoso intentó adueñarse del poder a la fuerza y sin escrúpulos y la respuesta del gobierno mantuvo casi la misma sevicia. En esa exposición se sentía el deseo de reconciliación y lucha por sacar el país adelante. No pude evitar pensar en Colombia y nuestra cultura de violencia que parece no tener salida y este conflicto eterno que solo le sirve a los guerrilleros para seguir exportando droga y a los políticos para seguir engañando al pueblo prometiendo que la van a detener.

En Perú no me sentí en un país extraño, diferente sí, pero extraño no. Tenemos tantas cosas en común que fue una buena forma entender la famosa expresión de ‘países hermanos’. Perú es mucho mas que las sandeces que nos mostraban las ‘perubólicas’ del siglo pasado.

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