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Mostrando las entradas de febrero, 2007

PERCANCE

By Alejo Quintero Pienso que absolutamente todas las personas en el mundo, e incluso fuera de él (si alguien conoce un astronauta, por favor pregúntele) ha vivido la experiencia de una afugia intestinal, tanto sólida como etérea. Asumo que a estas alturas de la lectura es inevitable que usted no haya recordado alguno de estos particulares percances y, por lo tanto, ya se encuentra perfectamente ambientado para conocer la historia de mi amigo Juan Jiménez [1] Eran las 13:35 horas y Juan caminaba con la placidez que concede un buen almuerzo y movido por su sana costumbre de caminar 20 minutos después de almorzar para hacer una mejor digestión, cuando su sistema digestivo se vio alterado por esa extraña sensación que motiva a las piernas a caminar más rápido en busca de un baño. Para muchas personas, el asunto se resuelve fácilmente entrando en cualquier cafetería, dibujando la mejor cara de angustia y el consecuente ‘me presta su baño por favor’, y remata con el tinte de humor barato, ‘t

PABLO Y MARINA

by Alejo Quintero Pablo no pudo explicar porque el primer recuerdo que se vino a su mente fue esa mañana en que le presentaron a Marina, una prima lejana con la que seguramente te vas a entender muy bien, esa niñita es insoportable y no quiero pasar mas vacaciones con ella. Pablo no pudo explicar porque su primer recuerdo no fue la noche en la que le confesó a Marina que ya no la detestaba y que se moría de ganas de darle un beso y no me puedes decir que no, sí te digo que no, porque si me besas ya nunca mas vas a querer besar a nadie mas. A la mente de Pablo llegaban recuerdos sin orden cronológico ni emocional, se vio en un puesto callejero de perros calientes prometiéndole a Marina que le construiría la casa más hermosa del pueblo que tendría lavamanos por todas partes para satisfacer su manía de tener siempre las manos limpias, escuchó a Marina cantar esa ridícula canción que tanto le gustaba cantar cuando se bañaba pero que cuando se fueron a vivir juntos jamás volvió a cantar, s

PERÚ

By Manuel Los colombianos de mi generación nos acostumbramos a mirar a Perú con algo de desprecio gracias a los bizarros programas de televisión que nos inundaron en las décadas de los 80 y 90, plagados de situaciones sórdidas y ridículas. Se hicieron famosos ‘la señorita laura’, ‘la enamorada’, ‘el amante’ y por supuesto ‘el carrito sanguchero’ y ‘las polladas’. Tristemente, esa realidad incompleta y obtusa que mostraban estos ‘talk shows’ no era mas que una maquiavélica estrategia que buscaba tapar los abusos de algunos gobernantes peruanos y esa cortina fue tan efectiva que distorsionó nuestra percepción del pueblo peruano. Tuve la oportunidad de conocer a un muy buen amigo peruano, José Luís, y con motivo de su ordenación sacerdotal viajamos con mi madre a Perú con la idea de acompañarlo en ese momento tan especial y de paso conocer Lima. De Lima debo decir que, como colombiano, me pareció metereológicamente enigmática pues aunque está nublada todo el día, nunca llueve. Tiene una i