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Mostrando las entradas de noviembre, 2007

MI TECLA “RETROCESO” (alias “backspace”)

Por Manuel Para los que alguna vez han notado la ausencia de la tecla ‘retroceso’ en mi computador portátil, espero aclarar su inquietud al respecto con este relato. Para los que no han notado dicha ausencia, les informo que mi computador portátil no cuenta dicha tecla y a continuación relataré porqué. Para los que no saben que tengo un computador portátil, pues aprovecho para contarles que tengo uno y que hace ya bastante tiempo su teclado luce mutilado. Finalmente para quienes no saben quién soy yo, pues soy un tipo cualquiera que se llama Manuel Pineda y que tiene un computador portátil al que le hace falta la maldita tecla ‘retroceso’. Es bien sabido y defendido por algunos filósofos, no muy prestantes, que los objetos, esos seres inanimados que acompañan nuestra vida, tienen voluntad. Cualquiera encontrará evidencia en sus recuerdos de la habilidad para escabullirse que tienen las llaves, no basta con que las atemos a un llavero pues por lo general lo seducen y huyen juntos. Los v

24 HORAS

Por Alejo Quintero La fila para ingresar al evento habría sido aburrida si no hubieran aparecido sus hermosos ojos verdes. Ella y yo nos conocimos haciendo fila para entrar a una conferencia, una tarde de sábado en Bogotá. Ella no es de Bogotá pero había venido específicamente para ese evento, yo por esos días también me sentía extranjero en Bogotá y tal vez eso ayudó a que nos entendiéramos. Recuerdo que en el teatro nos sentamos en sillas distantes y aunque nuestras miradas se buscaron permanentemente nunca fuimos capaces de mirarnos por más de 2 segundos. Al final de la conferencia me acerqué a ella y, lleno de ese valor que a veces me encuentro en los bolsillos de los pantalones mal lavados, le hablé. Parecía entretenerse con cualquier tema de nuestra conversación y cuando se me escapaba alguna estupidez, ella decoraba su rostro con una sonrisa que lo hacía ver más radiante. Fuimos a un café donde podríamos seguir charlando y escuchando música. Cada vez que intentaba decirle que er