LA LEYENDA DEL CONSULTOR ERRANTE

Por Manuel Pineda

Para mis colegas consultores, para los usuarios y para todos los que viven este apasionante mundo de SAPiencia.

Cuenta la historia que en un proyecto de cuyo nombre nadie quiere acordarse, trabajó un consultor muy abnegado quien, a pesar de que el proyecto duró muchos años, siempre permaneció en él con la misma dedicación. El proyecto jamás salió en vivo y el consultor murió, o como alguien dijo irónicamente: el proyecto no salió en vivo pero el consultor sí salió en muerto.

No se tiene muy claro de qué módulo fue inicialmente, pero sí se sabe que en el transcurso del eterno proyecto aprendió de todos los módulos, incluso programación y muchas tareas propias del administrador del sistema. Tampoco son muy claras las causas por las cuales el proyecto jamás vio la luz de la vida y no hay absoluta evidencia sobre si la muerte del consultor fue consecuencia directa de este fortuito hecho; tan solo se sabe que murió en plena oficina y el reporte forense habló de “infarto fulminante posiblemente causado por altos niveles de estrés”.

Después de la muerte del consultor, algunos de sus antiguos compañeros reportaron eventos difíciles de explicar (los cuales por supuesto fueron adecuadamente documentados en plantillas que en su momento diseñó el Gerente del proyecto) y todos tenían que ver con la supuesta presencia del occiso. Su computador aparecía encendido sin que nadie lo hubiera hecho, su teclado se escuchaba trabajar arduamente sin que nadie lo tocara e incluso algunos dicen que recibieron mensajes de correo electrónico del muerto pero yo personalmente pienso que debió haber sido una buena jugada de algún consultor mamagallista. El gerente de ese momento (vale la pena aclarar que por el proyecto pasó mas de un gerente) presentó su renuncia a los 15 días del fatal hecho, argumentando alteraciones nerviosas; algunos dicen que el fue de los que sintió más la presencia del finado.

El equipo de proyecto se disolvió 2 meses después de la muerte del consultor y el proyecto se canceló definitivamente para sumergirse después en una lucha jurídica sin fin. Algunos de los consultores que participaron en el nefasto proyecto abandonaron el mundo de la consultoría no pudiendo soportar el hecho de haber sido testigos del infausto suceso.

Lo cierto es que después de eso, y en todos los proyectos, siempre ocurren sucesos inexplicables y si usted, amigo consultor, alguna vez descubre que su trabajo de parametrización fue alterado; o uno de esos desarrollos que le significaron tantas horas de trasnocho, no funciona porque sufrió modificaciones que usted no sabe como explicar; o si no encuentra la razón por la cual el sistema no se deja instalar adecuadamente o esas órdenes que desea transportar nunca pasan a productivo, no busque otra explicación, debe ser obra del consultor errante.


PD: Escuché a una usuaria afirmar que si uno llegaba a encontrarse de frente con el consultor errante y este lo miraba a los ojos, le produciría una diarrea difícil de controlar. Nadie ha dado evidencias de algo así, pero yo cargo unas pastillitas de lomotil en el morral porque nunca se sabe...

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